Al calor de las próximas elecciones —para las que todavía pueden quedar hasta nueve meses— se ha abierto un debate en el panorama político andaluz sobre la «unidad de la izquierda» con el manifiesto lanzado desde el entorno de Podemos e Izquierda Unida —escudándose en el nombre de Blas Infante— para legitimar una propuesta política muy distinta a la del casareño asesinado por el fascismo. Ante este debate desde Nación Andaluza queremos señalar:
- 1º— Entendemos que cualquier proceso de «unidad» debe darse alejado de las prisas electorales. Los procesos electorales en Andalucía no han servido para articular ninguna respuesta política perdurable en clave obrera y popular. Como mucho han generado algunas esperanzas que siempre han sido defraudadas y la decepción ha abierto el paso a la ultraderecha. Que ahora pretendan invocar una unidad frente a esta ultraderecha quienes han sido, con la decepción que han sembrado entre las clases populares, responsables directos de su crecimiento no deja de ser paradójico.
- 2º— Nación Andaluza tiene una propuesta de unidad de la izquierda andaluza. Hace un año, desde nuestra modestia, pero también desde la coherencia que nos dan décadas de lucha por la liberación social y nacional de Andalucía, lanzamos una propuesta de unidad en términos de conquista de soberanía, construcción de una Andalucía libre y socialista y lucha antiimperialista (únicos parámetros en los que se puede encuadrar la izquierda) bajo la denominación de Juntas para la Soberanía de Andalucía que hoy continúan su andadura cumpliendo doce meses de vida.
- 3º— Los términos en los que se está produciendo este debate sobre la unidad son coincidentes con los límites políticos del Régimen del 78-39, como son puntales de este régimen las fuerzas que lo impulsan. Unas fuerzas que votaron a favor de los Estatutos de 1980 y de 2007, evidenciando que la Andalucía que quieren es una Andalucía dependiente y subdesarrollada. Y es que, en el manifiesto publicado, de más de 2 110 palabras la única afirmación referida a nuestro estatus político colonial no ocupa una veintena de ellas. Se afirma de manera lacónica que «el estatuto es insuficiente y necesitamos superar el marco autonómico para avanzar hacia la soberanía» sin concretar ni a dónde, cómo ni cuándo, ni siquiera qué entienden por soberanía. Una evidente tomadura de pelo.
- 4º— Es evidente que Nación Andaluza no puede ni debe formar parte de ningún proceso de «unidad» planteado en estos términos. Nuestra militancia está trabajando ya para que haya papeleta de la izquierda independentista en las ocho circunscripciones en las que los Borbones dividieron Andalucía en el siglo XIX, lejos de todo oportunismo político.
- 5º Entendemos que en esta tarea de construir la unidad del Pueblo Trabajador Andaluz es imprescindible realizar, en cada actividad y reunión, un ejercicio de clarificación política que oriente progresivamente esta coordinación del soberanismo popular andaluz hacia el desborde de las instituciones españolas y europeas y la construcción de una economía planificada democráticamente, frente a los términos muy diferentes a los de ese manifiesto. Una unidad en un sentido diametralmente opuesto al que se dirige la «unidad» por la que apuestan tirios y troyanos usando el nombre de Blas Infante.