El Gobierno ha concretado por primera vez las ubicaciones de las pérdidas de generación eléctrica que precedieron al apagón que afectó a amplias zonas de la península ibérica hace dos semanas. Según ha anunciado este miércoles la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen, los fallos de generación se registraron en Granada, Badajoz y Sevilla, tres nodos clave del sistema eléctrico en el sur y suroeste del país.
Hasta ahora, Red Eléctrica de España (REE) solo había confirmado que las perturbaciones se produjeron en el cuadrante suroccidental, pero sin ofrecer detalles sobre los puntos exactos. El corte de suministro, que también afectó a Portugal, dejó sin electricidad a cientos de miles de personas durante varios minutos el pasado mes, generando alarma social y una cascada de preguntas en sede parlamentaria.
En su intervención en el Congreso, Aagesen ha respondido a una pregunta del diputado del PP Borja Sémper, insistiendo en que el Ejecutivo trabaja con «rigurosidad» para esclarecer las causas del incidente, pero ha querido dejar claro que no se trató de un fallo estructural del sistema eléctrico. «No fue un problema de cobertura, ni de capacidad de reserva, ni del tamaño de las redes», ha subrayado.
El apagón, calificado por varios expertos como un evento «inusualmente grave» aunque breve, se inició con una súbita caída de generación que provocó un desequilibrio en la frecuencia eléctrica del sistema interconectado. Según fuentes técnicas, se activaron mecanismos automáticos de protección que desconectaron parte de la demanda para evitar daños mayores.
La ministra ha explicado que se sigue analizando la secuencia completa del fallo, incluyendo los posibles efectos en cadena sobre las interconexiones internacionales y la respuesta de los sistemas de respaldo. El incidente ha reabierto el debate sobre la resiliencia del sistema eléctrico en el contexto de la transición energética, especialmente en un periodo de elevada demanda y alta penetración de renovables.
Aagesen ha asegurado que se están tomando medidas para reforzar los protocolos de supervisión y respuesta ante contingencias, al tiempo que ha reiterado la necesidad de abordar la modernización de las infraestructuras desde una perspectiva de seguridad y sostenibilidad.
«Estamos ante un sistema robusto, pero hay que seguir reforzando su capacidad de adaptación en un escenario de cambio», ha concluido.