El Ayuntamiento de Granada ha sido denunciado ante la Fiscalía por su inacción frente a la emergencia climática que afecta especialmente a las personas sin hogar. La denuncia, presentada por una red de entidades sociales y activistas, acusa al consistorio de negligencia al no habilitar espacios de refugio climático durante las sucesivas olas de calor registradas en la ciudad.
En lo que va de verano, Granada ha superado en varias ocasiones los 40 grados. Sin embargo, según los denunciantes, no existen espacios públicos con acceso garantizado para que las personas sin hogar puedan protegerse del calor extremo. Ni pabellones habilitados, ni puntos de hidratación suficientes, ni campañas informativas adaptadas a este colectivo vulnerable.
«La ciudad se protege a sí misma del calor, pero no protege a quienes no tienen casa. Eso es una forma de violencia institucional», denuncia uno de los portavoces de la Plataforma Granada por los Cuidados. La denuncia se basa en informes médicos, datos de servicios sociales y testimonios de personas que viven en la calle.
El Ayuntamiento ha respondido asegurando que existen «medidas suficientes» y que el problema está «magnificado por intereses políticos». No obstante, no ha detallado cuántos espacios están disponibles, ni qué protocolos se activan en episodios de calor extremo.
Granada no es una excepción: en muchas ciudades andaluzas los planes municipales contra el calor se centran en recomendaciones genéricas y campañas turísticas, pero no incluyen protocolos específicos para las personas sin hogar. En un contexto de emergencia climática, esto se traduce en un abandono sistemático de los más vulnerables.
Las entidades sociales exigen la creación inmediata de una red de refugios climáticos de acceso libre, atención médica móvil y dotación de recursos para emergencias térmicas. «No se trata solo de tener sombra, sino de garantizar el derecho a no morir de calor», subrayan.
La denuncia ante Fiscalía podría derivar en una investigación por omisión de socorro o vulneración de derechos fundamentales. Mientras tanto, la ola de calor sigue. Y también quienes la sufren sin cobijo, sin agua, sin Estado.