La Asociación por la Memoria Militar Democrática, se queja de falta de contestación por parte de la Mesa del Congreso, a su petición de rendir honores militares a Laudelino Fernández León, capitán republicano que murió en febrero de 1939 a manos del ejército sublevado.
La Asociación había pedido anteriormente a la Mesa del Congreso, honores militares para Manuel de Sancha, considerado el primer militar que se opuso a la sublevación del 18 de julio.
Las dos peticiones sin contestación por parte de la Mesa del Congreso, por lo que la Asociación se pregunta:
- ¿Por qué motivo el Gobierno no les concede honores militares a los combatientes del bando leal a la República asesinados por los sublevados franquistas?
- ¿Qué iniciativas plantearán en el Ministerio de Defensa o el Ministerio de Política Territorial para compensar esta injusticia histórica?
- ¿Considera el Gobierno que aún sigue teniendo una deuda pendiente con la Memoria Histórica, y concretamente con los combatientes por la República?
Estas preguntas han sido realizadas por parte de la Asociación por la Memoria Militar Democrática, al amparo de lo establecido en el artículo 185 y siguientes del Reglamento del Congreso para su respuesta por escrito. Cosa que a día de hoy aún no ha ocurrido con ninguna de las dos preguntas realizadas por esta Asociación.
Debemos recordar que la Asociación por la Memoria Militar Democrática, fue creada por un grupo de militares en respuesta, al manifiesto lanzado en 2018 por casi 200 militares de las Fuerzas Armadas, calificando a Franco de «militar ejemplar». Entre los objetivos de la Asociación se encuentra «honrar a los militares que dieron su vida en cumplimiento de su deber en defensa de la República», considerando que aquellos miembros del Ejército que fueron leales y se opusieron a la sublevación franquista, «han sido tratados históricamente de forma injusta incluso en democracia».
Laudelino Fernández, rechazado por Defensa
La Asociación por la Memoria Militar Democrática (AMMD) ya solicitó al Ministerio de Defensa que rindiera honores militares a Laudelino Fernández León, capitán del Ejército republicano durante la Guerra Civil, asesinado por las fuerzas franquistas en febrero de 1939. La organización exige que sea reconocido como «militar caído en combate» y que el homenaje previsto en su honor este viernes en Mieres (Asturias) cuente con representación de las Fuerzas Armadas. La petición, impulsada por un descendiente del capitán, ha sido rechazada por Defensa, que se ha limitado a remitir el caso al Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática.
La respuesta del departamento dirigido por Margarita Robles, fechada el pasado 2 de abril, no entra a valorar la petición en profundidad. Se limita a señalar que «existen órganos administrativos y procedimientos específicos» para tramitar estos reconocimientos en el marco de la Ley de Memoria Democrática, trasladando la responsabilidad a otro ministerio.
Desde la Secretaría de Estado de Memoria Democrática, sin embargo, se aclara que no tienen competencias para ordenar honores militares. Sí pueden, en cambio, emitir una declaración oficial de reparación y reconocimiento como víctima de la guerra, como ya se ha hecho con numerosos represaliados. Para ello, es necesario que la familia lo solicite formalmente, precisan fuentes del departamento dirigido por Ángel Víctor Torres.

Una ejecución en uno de los mayores episodios de represión armada
Laudelino Fernández, que sirvió en los batallones 272 y 274 del Ejército del Norte, fue asesinado en febrero de 1939, apenas dos meses antes del fin del conflicto, en la conocida como matanza de El Carrizal del monte Polio, en el concejo asturiano de Mieres. Tras la caída de Asturias en octubre de 1937, continuó luchando como guerrillero antifranquista en las montañas. Fue abatido junto a una veintena de compañeros, de los que se han identificado once. Los cuerpos de estos combatientes reposan en una fosa común del cementerio de Vegadotos, donde este viernes tendrá lugar un acto de homenaje organizado por la asociación Amigos de Mieres con apoyo del Ayuntamiento.
En su solicitud al Ministerio de Defensa, la AMMD argumenta que Laudelino cayó en combate mientras aún estaba vigente la legalidad republicana. Por tanto, defienden que merece un reconocimiento oficial como militar caído en acto de servicio, incluyendo la presencia simbólica de un piquete militar en el acto conmemorativo.
El alcalde de Mieres, Manuel Ángel Álvarez (IU), ha apoyado la iniciativa y también ha enviado una carta a Defensa en la que reclama el reconocimiento que corresponde a un «militar caído en cumplimiento de su deber en defensa de la República». El ministerio ha respondido con el mismo argumento que a la asociación.
Un capitán con historial acreditado
Aunque no era militar de carrera, Fernández León ingresó en el Ejército tras el golpe de Estado de 1936. En los archivos del Centro Documental de la Memoria Histórica figura como capitán de infantería. La AMMD ha aportado documentación donde el Ejército del Norte justifica los pagos extraordinarios recibidos por varios mandos, entre ellos Laudelino, en agosto de 1937. También aparece su nombre en una relación enviada por el Ayuntamiento de Mieres al gobernador civil, en la que se enumeran los «rojos muertos en lucha con la fuerza pública».
Junto a él, fueron asesinados también los capitanes Eugenio Barrio y Raimundo Fernández, todos ellos integrantes del Ejército Popular de la República. «Ese ejército se organizó de forma urgente, ante la deserción de muchos mandos hacia el bando sublevado. La República confió los empleos militares a personas que consideraba preparadas para la defensa del orden constitucional», explica Manuel Pardo de Donlebún, oficial retirado de la Armada y presidente de la AMMD.
Una memoria negada
La AMMD fue fundada por militares como respuesta al manifiesto de 2018 en el que casi 200 miembros de las Fuerzas Armadas calificaron a Franco como un «militar ejemplar». Desde entonces, trabaja para dignificar la memoria de quienes lucharon lealmente por la legalidad republicana y cayeron en acto de servicio, muchos de los cuales siguen sin ningún tipo de reconocimiento oficial.
Laudelino no es el único caso. La asociación ya solicitó honores similares para Manuel de Sancha, comandante jefe de Infantería de Marina en San Fernando, que desobedeció las órdenes de sumarse al golpe. Exhumado en 2024, su familia pidió sin éxito que Defensa participara en su reinhumación. También lo intentaron este año con el comandante Pablo Ferrer Madariaga, fusilado en diciembre de 1936.
Hasta ahora, ninguna de estas iniciativas ha prosperado. «Existe una deuda histórica con los militares que defendieron la legalidad de la República y fueron asesinados por ello. Murieron cumpliendo con su deber, pero nunca han sido reconocidos. Mientras tanto, los sublevados fueron premiados por la legalidad impuesta durante la dictadura y recibieron todos los honores posibles», denuncia Pardo de Donlebún.