«Soy Daniel Arcuri Rivas. Tengo 11 años… quiero quedarme en España con mi madre. No quiero volver con mi padre… llevo toda mi vida asustado por culpa de mi padre que siempre me ha maltratado… me tiró por las escaleras… me dio patadas y puñetazos… me coge del cuello e insulta… me amenazó con un cuchillo… grité ayuda… una psicóloga quería convencerme de que mi padre era bueno… Confío en que lo condenen porque la Fiscalía aporta muchas pruebas»
Este fragmento estremecedor fue publicado en exclusiva por Diario Red, que ha compartido también la misiva de Gabriel, de 19 años, reclamando que se escuche a su hermano. La carta escrita por Daniel Arcuri, el hijo menor de Juana Rivas, dirigida a Save the Children, Amnistía Internacional y la ONU es un testimonio directo, sin filtros, que ha estallado en mitad del conflicto legal y político que rodea su posible entrega forzosa a su progenitor, condenado por maltrato en 2009.
En la carta, Daniel relata con detalle episodios de violencia:
«Me tiró por las escaleras… me dio patadas y puñetazos… me coge del cuello e insulta… me amenazó con un cuchillo… grité ayuda».
«Una psicóloga quería convencerme de que mi padre era bueno. Pero no lo es».
La Fiscalía mantiene abierta una causa penal en Granada tras la denuncia de los hechos. Según la defensa de Juana Rivas, el informe forense acredita lesiones compatibles con el relato del menor, y el proceso está a la espera de resolución judicial. A pesar de ello, el Tribunal Supremo ha ordenado su entrega inmediata a Italia, lo que ha desatado una oleada de protestas en todo el país.
El hermano mayor, Gabriel, ha pedido también protección para Daniel:
Daniel desea ser escuchado aquí y ahora. Que atiendan su miedo sin coacciones. No permitan que lo seden y entreguen mañana, como hicieron conmigo hace 8 años.
Colectivos feministas, juristas y psicólogos infantiles han advertido del riesgo de vulnerar los derechos del niño y convertir esta entrega en una nueva forma de violencia institucional.
Daniel ha cerrado su carta con una frase que lo resume todo:
«Confío en que lo condenen, porque la Fiscalía aporta muchas pruebas. Por favor, ayúdenme».
¿De quién es la patria potestad de un niño que suplica auxilio?
Las cartas de Daniel y Gabriel no son solo una denuncia. Son una súplica. Y si el Estado español no es capaz de proteger a un menor que dice con todas sus letras «no quiero volver con mi padre porque me pega», el problema no es solo la justicia: es la rigidez de nuestro sistema de protección de menores.
Mientras tanto, el Ayuntamiento de Maracena —donde la familia vive desde diciembre— remitió este miércoles un escrito al Ministerio de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes solicitando que se paralice la entrega de Daniel al padre, Francesco Arcuri, prevista para el viernes 25 de julio. En ese informe se detallan:
- El rechazo del menor a la entrega, basado en su testimonio de miedo y maltrato.
- Que el padre está siendo investigado en Italia por presuntos malos tratos continuados, con juicio programado para 18 de septiembre
- Se invoca el Convenio de La Haya, artículos 13 y 20, que permiten denegar la entrega si existe grave riesgo físico o psíquico para el niño
El Ministerio de Justicia ha confirmado que estudia esta petición «detenidamente» para dar una «respuesta fundamentada en Derecho antes del viernes»
Por su parte, la Ministra de Infancia y Juventud, Sira Rego, destinataria de una de las cartas de Daniel, ha comparecido ante los medios para explicar que se ha remitido a la Fiscalía el informe de la psicóloga habilitada para el acompañamiento del menor.