La regulación del cannabis para uso adulto avanza con pies de plomo en Europa. Aunque todavía en una fase embrionaria, varios países han comenzado a desarrollar modelos legales experimentales que combinan salud pública, seguridad ciudadana y estrategia política. En este contexto, Prohibition Partners se prepara para lanzar un nuevo centro de conocimiento digital que reunirá análisis interactivos, datos en tiempo real y herramientas para seguir la evolución del mercado cannábico europeo.
Como adelanto, hemos buceado en los principales modelos que están tomando forma en el continente. El objetivo común: desplazar al mercado ilegal, proteger a los menores y garantizar estándares de salud y calidad en el consumo adulto de cannabis. Pero para ello, los países europeos deben sortear las exigencias de los tratados internacionales sobre drogas, como la Convención Única de 1961 de la ONU, que obligan a justificar científicamente cada paso.
Así, los proyectos piloto se han convertido en la vía legal para probar marcos comerciales en algunos países. Actualmente, hay tres grandes modelos en marcha:
▪ Modelo científico: ventas reguladas mediante experimentos (Países Bajos y Suiza)
▪ Modelo de salud pública y autoconsumo: cultivo doméstico y clubes sociales (Malta y Luxemburgo)
▪ Modelo mixto: combinación de ambos enfoques (Alemania)
Países Bajos: cafés legales, pero sin cadena legal… hasta ahora
Durante décadas, la política de tolerancia neerlandesa permitió la venta de cannabis en coffeeshops, pero la producción seguía en manos del mercado negro. Para remediarlo, en diciembre de 2023 entró en vigor el Experimento de la Cadena de Suministro de Cannabis Controlado, un ensayo plurianual que durará hasta abril de 2029.
El plan permite que diez productores con licencia cultiven cannabis para abastecer exclusivamente a los coffeeshops de diez municipios participantes. Desde abril de 2025, todos estos locales están obligados a vender solo producto proveniente de esa cadena legal.
El experimento busca medir su impacto sobre el mercado ilegal, la seguridad, la salud pública y el crimen. Es el primer intento real en los Países Bajos de cerrar el círculo legal del cannabis, tras décadas de contradicción normativa.
Suiza: piloto científico hacia la legalización total
En Suiza, el Parlamento modificó la Ley Federal de Estupefacientes en 2020 para permitir proyectos piloto científicos sobre el uso adulto de cannabis. La ley entró en vigor en mayo de 2021 y, desde entonces, se han aprobado siete pilotos activos con más de 10 000 participantes.
El primer proyecto, Weed Care, comenzó sus ventas en enero de 2023. Hoy se puede adquirir cannabis legal en farmacias, asociaciones especializadas y centros de información sobre drogas, siempre dentro del marco experimental.
Pero Suiza ya mira más allá: en febrero de 2025, la Comisión de Seguridad Social y Salud del Consejo Nacional aprobó un anteproyecto de ley para la legalización completa del cannabis. Si el proceso legislativo avanza según lo previsto, el país podría tener en 2026 el primer mercado comercial pleno y legal de cannabis para uso adulto de Europa.
Alemania: asociaciones de cultivo y resistencias conservadoras
Alemania ha adoptado un modelo en dos fases. El Pilar Uno, ya aprobado, permite el consumo y la posesión personal, el autocultivo y la creación de asociaciones de cultivo sin ánimo de lucro. El Pilar Dos establecerá la venta comercial mediante proyectos piloto regionales, aunque aún está pendiente de legislación adicional.
Hasta ahora, el Ministerio de Salud no ha emitido normativa clara sobre este segundo pilar. Aun así, 28 municipios en 10 estados federados han mostrado interés en poner en marcha proyectos piloto de venta controlada bajo la normativa científica KCanWV, que habilita a la Oficina Federal de Agricultura (BLE) a conceder permisos.
Pero el contexto político se ha endurecido: el recién elegido gobierno de la CDU, junto con el nuevo ministro Alois Rainer (CSU), se oponen frontalmente a la legalización. Esto pone en duda la viabilidad real de los pilotos, al menos a corto plazo.
Actualmente, tres estados concentran el 60 % de los permisos emitidos para asociaciones de cultivo: Renania del Norte-Westfalia, Baja Sajonia y Renania-Palatinado. En otros como Baviera, los primeros permisos llegaron en 2024. Pero en el Sarre, por ejemplo, no se ha aprobado ninguno.
Andalucía mira de reojo: ¿y aquí, para cuándo?
Aunque España aún no ha dado pasos claros hacia la legalización para uso adulto, los avances europeos —especialmente el modelo suizo— abren una ventana de posibilidad. Comunidades como Andalucía, con una larga historia de cultivo tradicional (incluido el cáñamo) y una sociedad civil activa en clubes cannábicos, observan con interés estos experimentos.
Para una región que sufre desempleo estructural y necesita diversificación productiva, la apertura de un mercado regulado podría suponer una vía económica complementaria, con impacto en salud pública, generación de empleo verde y fiscalidad. Pero todo dependerá de la legislación estatal, aún bloqueada.
Mientras tanto, iniciativas ciudadanas, asociaciones de consumidores y colectivos de investigación comienzan a esbozar propuestas inspiradas en estos modelos europeos. Desde los clubs sociales de Sevilla y Granada, hasta las experiencias de cultivo asociativo en pueblos como Órgiva (Granada) o Jimena de la Frontera (Cádiz), la semilla ya está plantada. Solo falta que brote un marco legal que lo haga florecer.