El alcalde Francisco Jiménez denuncia una «negligencia grave» del anterior gobierno y advierte del riesgo de sanciones, pérdida de ingresos estatales y daño a la imagen pública
SEVILLA | AYUNTAMIENTOS. El Ayuntamiento de Utrera ha iniciado una auditoría externa para conocer el estado real de las finanzas municipales, tras confirmar que desde el año 2018 no se ha presentado la Cuenta General ante el Tribunal de Cuentas. Así lo ha anunciado el alcalde, Francisco Jiménez (PP), en una comparecencia pública que ha tenido un marcado tono crítico hacia la gestión del anterior equipo de gobierno, liderado por el socialista José María Villalobos.
La auditoría, adjudicada a la empresa AUNA MG Auditores S.L.P., analizará la adecuación y regularidad de los estados financieros, la gestión presupuestaria y el cumplimiento normativo entre los ejercicios 2018 y 2024. Se trata, en palabras del regidor, de una «situación muy seria, que puede tener consecuencias económicas y legales graves para el consistorio».
La cuenta general, una obligación legal no cumplida desde 2018
La Cuenta General es el documento oficial que refleja cómo se ha gestionado el dinero público en un ejercicio. Incluye desde el Presupuesto Ejecutado hasta el Remanente de Tesorería, pasando por el Estado Patrimonial o el Resultado Presupuestario. Su presentación ante el Tribunal de Cuentas —o la Cámara de Cuentas autonómica— es obligatoria, tal y como recoge la Ley Reguladora de las Haciendas Locales.
Jiménez ha alertado de que la omisión prolongada de esta rendición de cuentas impide conocer la verdadera situación económica del Ayuntamiento, imposibilita una planificación presupuestaria responsable y puede derivar en sanciones, advertencias formales e incluso la retención de fondos estatales. En concreto, el Ayuntamiento de Utrera podría ver comprometidos los más de 16 millones de euros que le corresponden este año por Participación en los Ingresos del Estado (PIE), según ha señalado el propio alcalde.
Una denuncia política con fondo estratégico
Aunque no ha nombrado directamente al PSOE en cada acusación, el discurso de Francisco Jiménez ha sido claro en su dirección política. Ha hablado de «falta de transparencia», «información ocultada» y «traición a la confianza ciudadana», al tiempo que ha recordado que el Ministerio de Hacienda ya retuvo fondos en 2016 a 139 ayuntamientos por incumplimientos similares. Su declaración final ha incluido un mensaje cargado de ironía institucional:
«Espero que la ministra Montero tenga la misma paciencia que ha tenido estos años, precisamente ahora que nosotros vamos a ocuparnos de darle solución a esta situación».
Contexto: el cambio de poder y la sombra del pasado
El actual gobierno municipal es fruto de una alianza entre el PP y Utrera+, que logró arrebatar la alcaldía al PSOE tras dos mandatos consecutivos de José María Villalobos. Con este anuncio, Francisco Jiménez consolida su narrativa de «gobierno regenerador», que acude a poner orden donde —según afirma— hubo descontrol.
El alcance real de la auditoría marcará los siguientes meses en la política local, en un contexto de enorme volatilidad para el partido socialista, que acaba de despojarse la sombra de la duda respecto del caso Cines —la compra de los cines en plena campaña electoral, mediante un intermediario, familiar de un miembro del equipo de gobierno— ahora ya archivado definitivamente. Si el informe revela irregularidades significativas, el desgaste para el PSOE utrerano podría ser irreversible. Si, por el contrario, se trata de una omisión burocrática sin consecuencias de fondo, la maniobra del PP podría leerse como sobreactuada. En cualquier caso, el foco ya está puesto sobre los ejercicios no fiscalizados.
La batalla por el control de relato en la ciudad de Utrera no es nueva, si se acabará con este nuevo episodio, pero lo cierto es que con cada iteración, con cada nuevo titular, el termómetro ciudadano sube un par de grados de hastío. Francisco Jiménez compareció ante la prensa con gesto solemne y sonrisa medida: la expresión precisa de quien lanza la piedra, muestra la mano… y ya ha calculado el rebote.
Próximos pasos
La auditoría iniciará en las próximas semanas y deberá abordar, ejercicio por ejercicio, toda la documentación financiera desde 2018. Jiménez ha aclarado que no es posible «presentar solo las cuentas de los últimos años», ya que la ley exige hacerlo de forma secuencial.