Aunque la respuesta a la pregunta que da título a este artículo se supone que tendría que darla al final del artículo, después de una argumentada explicación, no puedo esperar y digo que ¡NO! ¡De ninguna de las maneras!
Blas Infante, su obra y su pensamiento, no pueden ser patrimonio de quienes aceptan participar del régimen constitucional actual que sigue perpetuando a Andalucía en la dependencia. En el Manifiesto de la Nacionalidad, Infante y el andalucismo revolucionario proclaman la adopción como modelo de democracia para nuestro país, el contenido de la Constitución Andaluza de 1883
Una democracia que no es burguesa ni representativa, es participativa. Una democracia popular, directa, asamblearia. Una democracia donde el pueblo debate, decide y actúa por sí mismo. Donde el pueblo manda y se autogobierna.
Tenemos que estar alejados de los políticos del Régimen; sobre ellos Blas Infante dijo: «He visto entregada esta tierra a aventureros de la política, a advenedizos que hacen de ella asiento de su cretina vanidad y base de su mezquino interés. Los que hacen de la política una profesión exclusiva y excluyente (como una propiedad) suelen hablar de conflictos entre ideas y realidades. La diferencia entre ellos y nosotros es esta: para ellos, las realidades de un país son los intereses creados; para nosotros, las realidades de un país son los dolores creados por esos intereses».
Blas Infante tampoco puede ser patrimonio de aquellos que se llaman europeístas. Su mensaje es claro: «Nosotros no podemos, no queremos, no llegaremos jamás a ser europeos. Pero jamás hemos dejado de ser lo que somos de verdad: esto es, andaluces, euro-africanos, euro-orientales, hombres universalistas, síntesis armónicas de hombres». «Andalucía jamás espiritualmente fue un pueblo servil. Fue creado por la Naturaleza pueblo de espíritu, señor. Y hoy, esclavizada, no sirve, manda. El amo que le puso Europa, España, ¿no es hoy andaluz ante la misma Europa, y ante el mundo entero?». Probablemente se ratificaría aún más en esa opinión si viera la decadente Europa actual y su putrefacta institución más destacada, la Unión Europea. Blas Infante no puede coincidir con quienes hablan de una Europa de los pueblos, eso ni ha existido ni existirá. Andalucía no puede buscar ni esperar encontrar soluciones en el Estado español ni en Europa, porque ambas son el origen de nuestros problemas. Ser españolista o europeísta, es pretender, consciente o inconscientemente, perpetuar la dependencia colonial de nuestra tierra.
Ver rendir homenaje a Infante a políticos que están del lado del capitalismo y del imperialismo, que forman parte de la mayor estructura criminal que existe, la OTAN, que permiten la existencia de bases militares yanquis, inglesas y españolas en nuestra tierra, que nos convierten en la nación más militarizada con diferencia de la Península Ibérica, o que han aprobado recientemente con el apoyo de todos los grupos parlamentarios andaluces, la creación en Córdoba de la base logística del ejército español, es para echarse a llorar. Infante fue un verdadero anti-imperialista, rechazó a todas las potencias imperialistas de su época. Su posición hoy estaría claramente contra el sionismo que perpetra el genocidio al pueblo palestino, contra los ucronazis y la OTAN en su intento de destruir a Rusia y a favor de los pueblos que luchan por su independencia y libertad y por librarse de las garras imperialistas, como Cuba, Venezuela, Irán, Sáhara, los países del Sahel africano etc.
Blas Infante no puede estar del lado de quienes olvidan, a caso hecho, su ideología anticapitalista. Dedicó su vida a la liberación del pueblo trabajador andaluz: al proletariado, al jornalero, a la mujer obrera andaluza, a la juventud. Sin declararse marxista o anarquista, ni adscribirse en la práctica a ninguna de estas teorías, mantenía realmente una posición revolucionaria y contra el capitalismo. Y se observa claramente en alguna de sus obras de «madurez» sobre todo en la Dictadura Pedagógica: «Amigos y soldados fervorosos seremos siempre de todos los poderes revolucionarios, enemigos de la Dictadura Plutocrática o Burguesa, hoy casi universalmente extendida».
No, Blas Infante no puede ser de todos los andaluces y andaluzas, ni servir a la vez a «tirios y troyanos». Blas Infante es del pueblo trabajador andaluz y de quienes apuestan por la liberación de Andalucía. Duele mucho ver a herederos políticos de sus asesinos y a defensores actuales de políticas antiobreras y antiandaluzas, contrarias al pensamiento de Infante, participando en homenajes en el día de su nacimiento o en el aniversario de su fusilamiento.
Hay una utilización y apropiación perversa del andalucismo histórico y sobre todo de la figura de Blas Infante por parte de la mayoría de las fuerzas políticas. Llevan años trabajando para presentar a un Blas Infante desideologizado, neutro, moderado y reformista, solo como un hombre bueno sobre el que se cometió una injusticia.
Así presentan un Blas Infante transversal que vale para todas y todos, para españolistas, regionalistas, federalistas, confederalistas (menos para independentistas, ¡faltaría más!) y que vale para gente de derechas o de izquierdas, burgueses u obreros.
Una imagen para beneficio de estos partidos y de las instituciones, sin que ninguno de ellos se pueda sentir incomodo ante la figura real de un Blas Infante asesinado por el franquismo y que lo dio todo por la liberación nacional y social de Andalucía. Estos intentos de hacer aparecer a Blas Infante y su pensamiento lo más aceptable para el Sistema y lo más españolizado posible, lo que esconde es un intento de blanquear el desarrollo de una corriente política que recogiera las tesis del andalucismo revolucionario de Blas Infante.
Porque no hubo un único andalucismo histórico, eso es falso. Hubo un andalucismo revolucionario representando fundamentalmente por Blas Infante y un andalucismo conservador y regionalista el de personajes como José Gastalver. Igualmente hoy no podemos creer a cualquier persona u organización que se autodefina como andalucista. Cómo tampoco podemos en momentos tan especiales, como el de la conmemoración de la fecha de su asesinato, el próximo 13 de agosto, ir de la mano de quienes realizan una caricatura esquemática y tergiversada de su persona y de su obra.
Afortunadamente hay personas, organizaciones y colectivos que nos resistimos a dejarnos manipular y que llevamos años tratando de profundizar y de dar a conocer al Blas Infante luchador y comprometido, hasta el punto de dar su vida por la liberación social y nacional de nuestra tierra. Al que asesinaron gritando «¡Viva Andalucía Libre!»