Los rumores del adelanto electoral sobrevuelan San Telmo. El Presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno Bonilla, afirma que acabará la legislatura siempre y cuando el Ejecutivo de Pedro Sánchez no intente adelantar las elecciones generales junto a las andaluzas.
Cierto es que unas elecciones generales junto a las andaluzas suelen beneficiar a la izquierda, especialmente a los socialistas, gracias al aumento de participación. Esto podría despertar al electorado de izquierdas que vive amodorrado y aparentemente desconectado, según la demoscopia, de la política autonómica.
El plan del PP-A es sencillo, y lo llevan aplicando con una mezcla de éxito, poca eficiencia de la oposición, y un contexto favorable, durante estos años. Este plan es intentar no despertar la oposición del electorado de izquierdas en la gran autonomía meridional. Para ello cuenta con un consenso demoscópico de encuestas hechas para crear la realidad de que no hay alternativa al PP, encuestas de escaso valor científico como las del CENTRA, y un consenso desde los medios de comunicación, convenientemente regados de dinero público a través de la publicidad institucional, donde Andalucía es una arcadia feliz, sin problemas gracias a Moreno Bonilla. La otra estrategia es polemizar con la Generalitat, por el acuerdo fiscal, y con Pedro Sánchez, siguiendo la estrategia de Aznar en los 90 cuando era Presidente de Castilla y León. En vez de hablar de los problemas de Andalucía, Moreno Bonilla se dedica a la propaganda pura y dura, y a confrontar con lo que se haga en lo nacional, con una perspectiva sibilina de ser un candidatable a la sustitución de Núñez Feijóo cuando esta se produzca.
Las encuestas no sólo reflejan una especie de hundimiento socialista, sin causa aparente, sino que el gobierno de la Junta, tras ocho años, no ha producido ningún desgaste en el PP. Éste se mantiene en la mayoría absoluta, pese a que el PSOE-A ha colocado a una Ministra competente como candidata, María Jesús Montero, y ya estaba en el mínimo histórico, y que VOX debería subir por el arrastre del contexto internacional y nacional que les beneficia. Encuestas con interés de mandar un mensaje al electorado de izquierdas: «ríndanse, no hay alternativa».
Sin embargo, la arcadia feliz dista de serla. Andalucía sigue teniendo datos terroríficos en cuanto a pobreza y exclusión social dónde 3,2 millones de personas en riesgo. La vivienda está multiplicando su coste, tanto de alquiler, como de compra, en las ciudades afectadas por el turismo, lo que empobrece más a los y las trabajadoras. La Sanidad Pública hace aguas por todos lados, provocado por una gestión que pretende su colapso para beneficiar a las empresas privadas del sector. Se cierran miles de aulas públicas desde que ha empezado a gobernar Moreno Bonilla, a la vez que se permiten sostener las aulas concertadas-privadas. Se beneficia descaradamente a los chiringuitos privados universitarios a costa de las Universidades Públicas andaluzas, a la que se las asfixia económicamente. Andalucía es la última CCAA en adjudicación de ayudas de la Dependencia. Hay numerosos conflictos laborales por toda la CCAA. No se están tomando medidas contra el cambio climático en una región duramente golpeada, especialmente la agricultura. Los porcentajes de ejecución presupuestaria están bajo mínimos. Han saltado varios casos de corrupción al gobierno del PP-A. Por lo que no podemos afirmar, salvo en la prensa mercenaria, que Andalucía es una tierra idílica.
¿Qué hace falta para un cambio de gobierno? Principalmente dos cosas. La primera es que el gobierno cometa varios errores, y estos sean percibidos por la sociedad. La segunda es que exista una alternativa a la que se pueda votar. Sin esos dos factores no se produce un cambio de gobierno, ya que es el gobierno el que pierde las elecciones, no las gana la oposición.
Es evidente que la izquierda en su conjunto debe ensayar otras formas de comunicarse con la ciudadanía, ya que muchos de los errores de la Junta no les llegan debido a que los medios de comunicación en su mayoría están regados con dinero público. Hay que innovar en los medios no tradicionales, donde la extrema derecha nos está ganando de goleada, y construir mensajes más propositivos. Aprendamos de la campaña de Zorahn Mamdani, en Nueva York, o de las de DIE LINKE. Además, hay que trabajarse las elecciones con meses de antelación, usando el puerta a puerta y otros métodos.
Por otro lado, hay que presentar un proyecto para las próximas elecciones que nos permitan dibujar un futuro deseable y esperanzador para la mayoría de la población de nuestra comunidad, y que sea aplicable y realizable al minuto número 1 de entrar en el gobierno.
Y, cuestión no menor, hay que presentar un alternativa que la gente desee votar. No una coalición unida por el espanto, con objetivos pequeñitos y miras cortas, sino una que aspire a lograr que Moreno Bonilla pierda el gobierno. No se puede ir derrotado antes de comenzar la campaña. Por lo tanto, ya que el PSOE-A ha escogido a su candidata más competitiva, la izquierda alternativa debería de lograr construir también una alternativa ambiciosa y competitiva. La unidad es la condición de posibilidad de tratar de desplazar a Moreno Bonilla de la Junta, pero no es suficiente, hacen falta proyecto con vocación ganadora, liderazgos y una buena campaña de comunicación y electoral.
Debemos de construir una coalición con vocación de continuidad que vaya desde Rodríguez (Teresa) a Martínez (Raquel), que logre unir a los integrantes originales de Por Andalucía y a Adelante Andalucía. Búsquese la fórmula que sea, pero nos jugamos mucho en estas elecciones. No sólo son las elecciones a la Junta de Andalucía, sino las elecciones que marcarán el ciclo electoral futuro, en un contexto de fuerte ascenso de la extrema derecha a escala global. Debemos lograr derrotarles en estas elecciones, para que Andalucía tenga futuro, y el espacio de la izquierda alternativa también tenga futuro. Si la ciudadanía piensa que no somos útiles para solucionar sus problemas nos arrumbarán en el basurero de la historia.
¿Por quién redoblarán las campanas en Andalucía? ¿Por Moreno Bonilla o por la izquierda? Eso dependerá de lo que hagamos.