Que la Constitución Española solo sea usada para determinados casos es de traca.
La clase política en su conjunto, del color que sea el pin que lleven en la solapa de la chaqueta, se refieren a ella cuando el otro partido les atusa fuertemente. Y no, la constitución debe ser respetada en su conjunto, o eso o estamos haciendo un teatrillo cómico.
No pienso aquí hacer un amplio estudio constitucional, pero veo necesario detenerme en algunos artículos de relevancia.
Para empezar tenemos el artículo 9.2 que os cito: «Corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas; remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social».
La transparencia y eficacia en la gestión pública son pilares de la Constitución, según nos marca la constitución, pero a menudo se observan deficiencias en su aplicación, como la falta de información accesible al ciudadano o la lentitud en la resolución de problemas administrativos. Y seamos sinceros, esto no se cumple en todos los ciudadanos.
Pasamos unos artículos por delante y nos detenemos en el número 14: «Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social».
Que todos los españoles somos iguales ante la ley es una de las mayores falacias que existen. O acaso olvidarnos a presidentes de gobierno que se han ido de rosita con alguna causa abierta, véase GAL, o ese mensaje de texto donde rezaba eso de «Sé fuerte Luis» que escribiera, supuestamente, un tal M.R.
Pero no solo es a la clase política la que parece no afectar este artículo. En Emiratos Árabes se está muy bien tomando el sol.
Otro de esos artículos que merecen ser evaluados es el número 16.3: «Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones».
Que se siga impartiendo la enseñanza católica en las escuelas, en un país que se tiene como laico, y no es el nombre de ningún animal que haya surcado el espacio, hay que hacerlo ver, así como determinados fondos públicos que van a parar a la Iglesia Católica.
Nada más que añadir, siguiente artículo, el 27.5: «Los poderes públicos garantizan el derecho de todos a la educación, mediante una programación general de la enseñanza, con participación efectiva de todos los sectores afectados y la creación de centros docentes».
El derecho a la educación, garantizado por la Constitución, no se ha hecho efectivo para todos, especialmente en zonas rurales o con dificultades socioeconómicas. La disparidad en la calidad educativa entre diferentes centros y la falta de recursos para estudiantes con necesidades especiales son problemas que persisten.
El siguiente artículo es necesario que nos coja sentados, no vaya a ser que se nos baje la tensión y nos dé un mareo. El artículo 47 reza así: «Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación. La comunidad participará en las plusvalías que genere la acción urbanística de los entes públicos».
Este problema es un señor problema que nos atañe a todo español, menos a algún político que abandona su piso de currela, tal como él diría años atrás, para irse a un casoplón pagado con el sueldo de vicepresidente de gobierno.
Que los alquileres están a precio de oro es una realidad, pero que encima en banco vea como riesgo una hipoteca de 500 euros, cuando pagas 700 por un alquiler, y no te den ni la posibilidad de enseñarte un piso es de salir a la calle con pancartas y paralizar todo un país.
Que jóvenes con estudios tengan que estar bajo el techo de sus padres porque es incapaz de reunir una cantidad desorbitada para la entrada es para echarnos a reír a carcajada.
Creo que no voy a pararme en más artículos, porque pensándolo bien, toda la constitución debe ser reformada en su conjunto o ser acatada por los poderes públicos.
El malogrado artículo 20 que nos garantiza la libertad de expresión, pero luego cuando opinas sobre algo te enchironan por meses por injurias, muchas de ellas justificadas, o ese artículo 43 que nos garantiza una protección de la salud, y en este país, si no tienes seguro privado te puede ver el especialista público el día de tu entierro.
Los españoles nos contentamos con poco parece ser. Que gana un mundial o un partido tu equipo o selección, que viene un artista internacional a tu ciudad y el alcalde pone gratuidad al evento, o que una artista con aires de grandezas cante en un festival europeo, quedando como siempre, parece importar más que los problemas que nos afectan realmente.