El sábado las motrileñas y motrileños «normales» nos despertamos con un anuncio de la policía local dando las rutas alternativas para llegar a la plaza de toros porque el acceso natural a ella y a la población exenta de Puntalón está cortada por obras desde hace más de un mes. Es curioso, porque llevo días preguntándome cuáles serían esas rutas alternativas para ir y venir de Puntalón y pensando en las molestias que deben estar sufriendo la gente que allí vive y todas las trabajadoras y trabajadores agrícolas que tienen que desplazarse, pero no, el anuncio no era para esta buena gente, el anuncio era por un «evento taurino».
Este «evento», impulsado por la ultraderechista Fundación Toro de Lidia, la Junta de Andalucía y patrocinado por la Diputación de Granada, ha suscitado numerosas y fuertes críticas en redes sociales por parte de esa gente normal, que vive, trabaja y apenas tiene oferta cultural, recreativa y artística en una población con más de 60 000 habitantes, donde por no haber, no hay ni cine. Eso sí, tiene una plaza de toros de reciente construcción (2006) y que nos vendieron como un espacio multifuncional que no funciona como tal, un par de corridas al año y nada más. Lo cierto es que Motril no fue nunca muy taurino, sólo a los «señoricos» les gustaba, y como podían permitírselo, ya tenían bastante con ir al corpus a Granada.
Por otro lado, el PP más rancio no se da cuenta de que esa época ya pasó, que la ciudadanía ya no disfruta viendo como a una cría de bóvido se le tortura hasta la muerte provocándole una agonía lenta y muy dolorosa, lo mismo que tampoco disfruta con la chulería de esos matarifes incompetentes vestidos de folclórica.
En el siglo XXI si quieres ver trajes espectaculares nos vamos a una gala drag, y si queremos ver atrocidades es tan sencillo como poner la TV y ver las noticias. A la ciudadanía del siglo XXI no nos motivan las historias de sumisión a los señoritos ni el «jugarse» la vida por dinero de los jóvenes que en el siglo XIX y comienzos del XX por falta de recursos no veían otra salida que dedicarse a dar gusto a los mismos que los mantenían en la pobreza, la ignorancia, el analfabetismo y el hambre, o sea «los señoricos de siempre» esos mismos que siempre han disfrutado con la sangre ajena, si es humana o animal no importa, lo único que les importa es seguir siendo superiores y conservar sus privilegios, y de conservar privilegios trata este «evento taurino» porque mientras nuestros gobernantes gastan el dinero público en pagar estos lamentables espectáculos, a las motrileñas y motrileños, lo mismo que al conjunto de la ciudadanía andaluza, nos están robando nuestros servicios públicos, nuestra sanidad, nuestra educación pública, la dependencia, nuestro futuro. Se está privatizando todo lo de todas para beneficio de muy pocos y, sin embargo, tenemos que pagar con dinero público la depravación y el sadismo de muy poquitos. Si eso no es robar que alguien me lo explique.